La Bodega Vino de Teruel
El proyecto de elaboración de vino en la zona turolense de Gudar-Javalambre nace como voluntad de Jesús Romero y Juan Vicente Alcañiz en recuperar viñedos de montaña en la localidad de Rubielos de Mora, una zona donde el cultivo de la vid fue tradicional y donde estaba en abandono.
El cultivo de la viña y su transformación en vino ha sido una actividad habitual entre las gentes de la zona durante muchos años. Es a raíz de la despoblación de las zonas rurales y la masiva migración a los núcleos urbanos sobre poblados cuando se produce el abandono de la actividad agrícola y las tradiciones diversas.
Las condiciones de cultivo dadas las características de suelo y clima de Rubielos de Mora han permitido paliar los efectos cada día más apreciables del cambio climático ya que el viñedo se sitúa a una altitud de 936 metros, una elevación nada habitual en la viticultura moderna. Esta condición permite vendimias muy tardías y ciclos de maduración de la uva mucho más largos que a niveles más cercanos al mar, con ello obtenemos mejor madurez, mayor equilibrio en la actividad fisiológica de la planta y por tanto más calidez en nuestros vinos.
A su vez, el manejo de estas condiciones es un ejercicio de habilidad agronómica que supone un conocimiento profundo de las condiciones de desarrollo de la vid, un esmerado estudio de la viticultura y una dedicación absoluta al trabajo en el viñedo. Pretendemos alcanzar la armonía de nuestras vides con el medio natural a través del fomento de la biodiversidad, siguiendo prácticas de cultivo ecológico e intentando adaptar cada una de nuestras acciones de campo a los ciclos lunares.
Mediante la recuperación y plantación del viñedo en la zona conocida como Pago Alto se cultivan variedades que eran habituales en la zona, principalmente la Garnacha y complementarlas con otras foráneas que desarrollen características especiales en este clima, principalmente Syrah. El resultado son vinos con una intensidad aromática mayor a los elaborados en otras condiciones, frescos y largos, ya que el temido cambio climático ejerce una acción menor bajo estas condiciones, las temperaturas son menos drásticas, evitando deshidrataciones de las uvas o quemaduras de hojas y bayas habituales en zonas más cálidas. Vinos de estructura media y sutileza única, con sabores especiados, profundos y frutosos, naturales y de vino, algo cada día más difícil de encontrar.
Os invitamos a conocernos y explicaros como llevamos a cabo nuestro trabajo a través de nuestras manos, cabeza y corazón.